Dicen que el más ciego es aquel que no quiere ver. Suele suceder, que lo más sencillo, lo natural, es lo más cercano a la perfección. Hoy, en el mundo moderno continuamos poniéndonos trabas, los unos a los otros. Se nos llenan las bocas hablando de igualdad y derechos, pero apenas comprendemos lo que es eso.
Y vino Enero como queriendo poner todos los parámetros del reloj, otra vez a contar de cero.
Volver resulta complicado cuando la primera opción es escapar; huir de un país en el que día tras día se suceden escándalos que desbordan los posibles adjetivos con los que calificar un espectáculo de tal grado de ignominia, bochorno y vergüenza. Volver para encontrar un horizonte plagado de precariedad, temporalidad e incertidumbre no es el mejor de los planes para aquellos que buscan un proyecto de vida.
Los recientes episodios vinculados con el Estado Islámico de Irak y del Levante (EIIL o ISIS) guardan cierta relación con la Guerra Fría, cuando EEUU financió a las milicias yihadistas para combatir al socialismo de Afganistán. Por ello, considero oportuno recordar qué es lo que ocurrió en la primera guerra de EEUU en el citado país.
The Church of Horrors comienza su nueva temporada, con renovada ilusión por crear un espacio de libre expresión, cultura, arte y conocimiento. Bienvenidos, una vez más, a casa.