La vida es redonda

La vida es redonda

    Seré sincera. No estoy segura de poder llenar este espacio como corresponde. La duda, siempre la duda. Y la vida misma. Llegamos para ocupar los espacios que otros dejaron y me pregunto si todos nos preocupamos, del mismo modo, de hacerlo mejor, o igual, o parecido. De no bajar el listón, de superarse, de aprender y crecer.


    Porque esto siempre va de lo mismo: de principios y finales. Y entre el gran principio y el gran final, la vuelta acecha; como en un tango de Gardel «volver, para volver a partir como antes dejando el corazón». El retorno y su falso aire limpio; el clavo ardiendo de la fe cotidiana al que aferrarnos; lo malo conocido; la zona de confort de los optimistas.

 

    Pero, ¿qué tiene de atractivo volver? ¿Por qué insistir? Quizás la paradójica novedad que esconde lo conocido tenga la respuesta. Como quien sabe ya lo que es el cielo, el sol y las nubes, y camina día tras día con los ojos puestos en el cemento de las calles. Pero entonces, un atardecer lo emociona, lo sorprende. Quiere atraparlo eternamente y, sin embrago, en unos minutos desaparecerá, y el polvo neuronal, tarde o temprano, enterrará el recuerdo. ¡Ay, lo efímero! Lo que se va. Y todo se acabará yendo. Tal vez por eso la memoria, como analgésico de la insignificancia vital, ella queriendo retenerlo todo. El afán humano por la no pérdida. Tal vez por eso la vuelta.

 

    Entonces llegan las segundas oportunidades y, junto a ellas, una nueva generación con una nueva ocasión de hacerlo mejor. Primero el conocimiento, la educación, el contexto; después la reflexión, la autocrítica; para acabar en el acto. Porque los actos son quienes nos dan la vida, son nuestra naturaleza misma, ¿o acaso imaginas un mundo sin movimiento?

 

    Tenemos el derecho a volver a intentarlo, a volver a creer, a volver a empezar. Tenemos la obligación de llenar los huecos, de ver, mirar y actuar; de mejorar y torturarnos con avanzar. Porque esto es vivir: dar un paso, y volver a dar otro más. Y en este ciclo de eterno retorno, The Church of Horrors comienza su nueva temporada, con renovada ilusión por crear un espacio de libre expresión, cultura, arte y conocimiento.

 

    Bienvenidos, una vez más, a casa.

 

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Pies de foto


[Imagen principal] Anarela (2014) La vida es redonda.

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Comentarios
[01 sep 2014 15:27] Miguel Ángel escribió:
Simplemente genial <3