Eso que solo le pasa a los demás

    Nunca piensas que te va a tocar a ti. Es de esas cosas que siempre has creído que solo le pasa a los demás, pero nunca a ti. Hasta que te pasa. Cada vez hay más gente que lo sufre, conoces más de un caso a tu alrededor, y aunque es cierto que unos han acabado mejor que otros, nunca piensas que va a llegar el momento en el que tú seas una víctima, porque no te engañes, lo eres.

    Eres joven y te ha tocado. Y precisamente por eso es más jodido, o eso dicen los que supuestamente más saben del tema aunque a ellos nunca les ha pasado. «Cuanto más jóvenes son, menos oportunidades de recuperarlos», dicen sus padres con lágrimas en los ojos esperando que ese adiós no sea el último.

    A mí me parte el corazón cuando le toca a un padre de familia. Cuando tiene que despedirse de sus hijos y les jura que las cosas van a cambiar, que va a estar con ellos pronto. Pero ahora me ha tocado a mí. No tengo hijos pero no por ello para mí tiene que ser más fácil. Precisamente por eso, porque ahora sepa que es casi imposible que pueda tenerlos.

    Futuro es la palabra temida. Tenerlo es la lucha de todos ellos. Será mi lucha a partir de ahora, igual que la ha sido la de quienes no han vuelto o la de quienes no lo consiguieron y se quedaron a medio camino sabiendo al menos que habían luchado por ello.

    Y después de la lucha, después de intentarlo por todos los medios, quizá te toque irte. Te gustaría quedarte pero no puedes, ya es demasiado tarde. Han pasado meses, o años, en los que tu vida ha ido de mal en peor, o con suerte simplemente se estancó, pero ahora sabes que todo eso va a cambiar. Ves la luz al final del túnel y piensas que es el final de un largo camino cuando probablemente sea el principio.

        «No sé si ganaré la batalla, ni qué significa que lo haga».

    Yo solo soy una víctima más de una lacra que hoy por hoy no tiene cura. Que separa a familias, que mata ilusiones, que cambia tantas cosas...

    Hoy me convierto en emigrante por culpa de la crisis. No soy la primera ni seré la última. No sé si ganaré la batalla, ni qué significa que lo haga. Si volveré o conseguiré tener un futuro a miles de kilómetros de mi familia. Lo único que sé es que voy a luchar por salir adelante, sea en el idioma que sea.

    Hoy me ha tocado a mí comprar un billete solo de ida. Pero ten siempre presente que te puede pasar a ti. Que no te dé miedo. No dejes que te miren con compasión. Afortunadamente, la emigración no es una enfermedad, aunque en ocasiones te toca sin que la busques, aunque la mayoría de las veces sea porque te ves obligado a ello, aunque siempre pensaste que eso es algo que le pasa a los demás, pero no a ti.

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Pies de foto: 

    [Imagen principal] Xavier Mula. 2015. Eso que solo le pasa a los demás.