Reseña de Misión a Moscú
LITERATURA

Reseña de Misión a Moscú

    La obra titulada Misión a Moscú (Mission to Moscow) abarca parte de los diarios, cartas e informes de Joseph E. Davies, embajador estadounidense en la Unión Soviética entre los años 1936 y 1938. Fue publicada en el año 1941, en plena Segunda Guerra Mundial. No se trata de una obra muy conocida, quizás porque su visión relativamente benévola del sistema soviético no era muy recomendable para la campaña propagandística que se levantó contra la URSS durante la Guerra Fría. Sin embargo, dos años después de su publicación, la obra fue llevada al cine. El director de la película fue Michael Curtiz, el mismo que en 1942 estrenó la míticaCasablanca. Esta película fue una de las causas por las que el senador Joseph McCarthy sospechará de los cineastas de Hollywood, siendo acosados en la llamada «caza de brujas».

 

    Tanto en el prólogo de la obra así como en la introducción de la película, Joseph E. Davies aclara que no simpatiza con el sistema comunista y que considera que el sistema político estadounidense es el mejor que pueda existir.

 

    «Como aseguré al Señor Stalin, al presidente Kalinin y a otros líderes soviéticos, yo no soy comunista. Yo soy lo que se denomina "capitalista". Estoy orgulloso del calificativo, pero pienso que una palabra mejor es "individualista”».

 

    «Mi fe en la religión cristiana es indestructible, así como en las ventajas de nuestra propia forma de gobierno y nuestra propia forma de vida».

 

    Joseph E. Davies es encomendado por el presidente norteamericano Franklin Delano Roosevelt para representar a Estados Unidos en la Unión Soviética. Roosevelt fue el primer líder estadounidense en establecer relaciones diplomáticas con la URSS. Previamente, Davies pasará por la Alemania nazi para averiguar las intenciones de una posible guerra por parte de sus líderes. Al parecer, no fue recibido por Adolf Hitler y lo poco que pudo averiguar sobre las intenciones de guerra por parte de los alemanes no fue muy alentador.

 

    Davies se convertirá en un firme antifascista y denunciará diferentes crímenes cometidos por los nazis durante su labor diplomática en la URSS. Tras abandonar su labor diplomática en 1938 y en vista de una posible guerra, alentará una alianza entre EEUU y la URSS para frenar el avance alemán.

 

    Durante su labor de embajador en la URSS, Davies fue testigo del desarrollo de la industria, de las reformas en el ejército y de las colectivizaciones agrarias, de las cuales quedó positivamente impresionado. Fue, además, uno de los diplomáticos que asistieron al desarrollo de los Juicios de Moscú. Aunque toda la bibliografía influenciada por la propaganda de la Guerra Fría creó el falso mito de que aquellos juicios eran puro teatro, Davies, por el contrario, como testigo de los mismos, dio credibilidad a aquellos testimonios:

 

    «Todos los acusados parecían ansiosos por amontonar acusación tras acusación sobre sí mismos – mea culpa máxima. Requerían poco interrogatorio por parte del fiscal. En el caso de uno de los acusados del fiscal, había sido amonestado para callarse y no abordar su testimonio con otros delitos. La actitud del fiscal general estaba completamente libre de intimidar».

 

    «Suponer que estos juicios fueron inventados y que se trata de una puesta en escena como proyecto de "política-ficción" drásticamente, sería suponer la creatividad genial de un Shakespeare o un Belasco en acción. Los antecedentes históricos y las circunstancias que los rodean, además, deben dar credibilidad al testimonio. El razonamiento que Sokolnikov y sus resultados esperados fueron consistentes con probabilidad y totalmente plausible. El detalle circunstancial, al parecer, a veces, sorprendía incluso al fiscal, así como al resto de acusados, que fue llevado a cabo por distintos acusados, da una involuntaria corroboración de lo esencial de los cargos».


        «Davies se convertirá en un firme antifascista y denunciará diferentes crímenes cometidos por los nazis durante su labor diplomática en la URSS».


    Además, afirma que los derechos de los acusados durante los juicios fueron fielmente seguidos:

 

    «El derecho del acusado a contar con un abogado antes del juicio, el derecho a negarse a declarar contra uno mismo y, sobre todo, la presunción de inocencia y la aplicación del antiguo principio de derecho consuetudinario de "mejor que mil hombres culpables escapen en lugar de que un hombre inocente sea condenado injustamente", todos ellos en un sentido muy real, estuvieron presentes en un juicio como este».


    Respecto a su visión del sistema soviético, si bien está impregnada de crítica, trata de ser práctico:

 

    «Stalin es un hombre sencillo, dice todo el mundo, pero un hombre de tremenda unidad de propósito y de capacidad para el trabajo. Posee la situación en su mano. Él es decente y cercano y al parecer se desvive para el propósito de la proyección del Estado socialista y el alcance del comunismo».

 

    «El presente gobierno es prácticamente una dictadura. Con el desarrollo de los Estados Fascistas sobre ellos, se encontraron con un sistema que era débil. Eso no podría haber realizado rápidas y autoritarias decisiones que fueran necesarias para la protección del país».

 

    «Ellos creen que las grandes revoluciones no pueden ser realizadas por la aplicación de perfume; que los movimientos anteriores de los intereses del proletariado han sido destruidos por la debilidad y el falso sentimentalismo. Reconocen y lamentan que pueden haber muchos inocentes que sufrirán esta situación, pero toman la posición del deber para ayudar a su causa, que es suprema, y que la exitosa elevación de la condición de vida mediante la voluntad proletaria, en histórica perspectiva, justificará su curso actual».


    A modo de conclusión, recomiendo esta obra por su aproximación de primera mano por parte de un diplomático estadounidense de un período convulso en la Historia de la Unión Soviética, así como del período de entreguerras. Ignorarla es seguir el juego propagandístico por buena parte de la historiografía.

 

    El problema que encuentro para su difusión es que el libro no ha sido traducido al castellano. Por su parte, la película no ha sido doblada, aunque sí subtitulada.


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Pies de foto


    [Imagen principal] Carol Jiménez. 2015. 

 


Bibliografía:


    DAVIES, Joseph E., Mission to Moscow, 1941.


 Filmografía:


    Misión a Moscú (Mission to Moscow, 1943) de Michael Curtiz.

 

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