«He leído y acepto los términos y condiciones de uso». Hacemos clic de forma habitual en esta opción cada vez que aceptamos un servicio o usamos una aplicación. Sin embargo, la mayoría de nosotros pecamos de vagancia y no leemos más del primer punto, asumiendo una larga lista de compromisos que comprometen nuestra privacidad y seguridad en Internet.
Recuerdo la noche en que encontré su blog y le escribí sin el ánimo, pero sí la esperanza, de que respondiera de alguna forma. Eran cerca de las 5 de la mañana de hace 7 años y 11 meses y estaba sentado en mi cuarto pintado de blanco y sin muebles, pues hacía poco que había llegado a la isla, tenía la ventana abierta y la luz de la luna brillaba por todo el espacio, frío y diáfano. Desde ese entonces abrigué algo dentro de mí.
O la generación perdida. Esa a la que se le acusa y se le señala con el dedo desde tiempos inmemoriales. O bueno, más bien desde finales de los noventa.
Hoy en día estamos acostumbrados a vivir en una sociedad de continuo cambio donde la tecnología no deja de sorprendernos una y otra vez incrementando nuestra frontera de posibilidades de producción. Sin embargo, desde una perspectiva histórica, esta situación es muy reciente.
El PCCh, el Partido Comunista de China, es el único poder que gestiona el gobierno del gigante asiático. Un enorme entramado del que ya forman parte 87 millones de personas y continúa creciendo año a año. El artículo trata de esclarecer un poco el verdadero propósito y carácter del omnipotente partido rojo el cual ya está desteñido desde hace unos años.
Crónica de una revolución a través de la pantalla del ordenador, solucionando los problemas del mundo a golpe de ratón.