Hace unos días me hacían reflexionar sobre la necesidad de mentir pero, sobre todo, del por qué parece que hoy día la gente tiene mucho menos pudor a la hora de hacerlo.
A día de hoy, y con la que está cayendo, es fácil observar cómo la prostitución, lejos de ser un tema que haya caído en el más profundo olvido, pese a ser antiquísimo, es objeto de debate en los diferentes medios de comunicación. Pero… ¿Por qué ahora? ¿Por qué tanto afán en hablar de la prostitución? Estas preguntas despertaron mi interés por informarme al respecto y en este artículo, quiero compartir contigo las ideas con las que me he quedado.
«Ahí tienen ustedes un obsequio». Con la mirada, el trabajador del hotel dirigió a los inquilinos hacia dos botellas misteriosas que no eran más que agua. Nada más y nada menos, porque el líquido elemento, en Bali, es caro, preciado y escaso, como ocurre en buena parte de mundo, tanto que ya se barrunta que el acceso al agua podrá desencadenar guerras futuras.
No sé, no sé lo que escribir. Hoy estoy vacío. Quizás tendré que reciclar, buscar una señal y volcar mi mente en un papel. Sangrar las palabras que afloren. Hoy vuelvo a creer. Hoy vuelvo a creer en mí.