Bali, el precio del agua
SOCIEDAD

Bali, el precio del agua

    «Ahí tienen ustedes un obsequio». Con la mirada, el trabajador del hotel dirigió a los inquilinos hacia dos botellas misteriosas que no eran más que agua. Nada más y nada menos, porque el líquido elemento, en Bali, es caro, preciado y escaso, como ocurre en buena parte de mundo, tanto que ya se barrunta que el acceso al agua podrá desencadenar guerras futuras.


    Esta fábrica del turismo indonesio, en la que viven 4 millones de personas y que recibe turistas cada cinco minutos, tiene graves problemas medioambientales, complicaciones que se notan en algo tan básico como el H20.

 

    Los complejos hosteleros mastodónticos que jalonan sus bahías tienen el suministro garantizado, lo que mina las reservas de la isla en la que solo se encuentra agua embotellada de la marca Nestle. No se dispone de la infraestructura necesaria para reservar el agua de lluvia y esto da un plazo de caducidad a un modelo de turismo que se basa en el lujo y en una grandísima cantidad de camas disponibles.


    Pero la solución no puede ser, al menos así lo entiende la población local, reducir la oferta hotelera. Gracias a ella, el nivel de vida sube, con la creación de muchos puestos de trabajo asociados. La entrada de divisas también se resintiría, puesto que cada extranjero que aterriza y sale del aeropuerto tiene que pagar por su estancia, unos 60 euros en total, que son casi un millón de rupias, una quinta parte de lo que supone el salario medio mensual de cualquier orihundo.


    Lo exotico de comer pescado a pie de playa, esconde la gran cantidad de desechos que, a diario, reciben las aguas de la bahía de Jimbarán, por ejemplo, bañadas por el Índico. Mientras, la población, aprovecha el tirón de la llegada de franceses, ingleses, australianos, alemanes, españoles y, sobre todo, australianos, sin que se tome verdadera conciencia del peligro de matar la gallina de los huevos de oro. Eso sí, con la esperanza puesta en que esta isla no será fagocitada por su propio encanto y morirá de éxito, visitar Bali permite disfrutar de postales como las de ver el sol ponerse al contrario que en Europa.


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Pies de foto


    [Imagen principal] JuliusW (2014).

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