Creer
SOCIEDAD

Creer

    No sé, no sé lo que escribir. Hoy estoy vacío. Quizás tendré que reciclar, buscar una señal y volcar mi mente en un papel. Sangrar las palabras que afloren. Hoy vuelvo a creer. Hoy vuelvo a creer en mí.

 

    Así es como me siento hoy al ponerme delante del papel. La situación, la actualidad, el mundo. Llámalo como quieras. Pero ya todo es inenarrable. ¿Qué tengo yo que decir que no hayan dicho otros ya? ¿Qué va a cambiar que yo escriba estas líneas o deje de hacerlo? ¿Ha calado en alguien alguna de las que ya he escrito?

 

    Continúa mi canción:

 

    «Ya sé. Ya empiezan a fluir. Ya me cansé de escuchar el eco de mi voz en el vientre de la ballena y grité todo cuanto sentí. Vomité sobre hojas en blanco. Hoy vuelvo a creer. Hoy vuelvo, hoy vuelvo a creer».

 

    Debe ser eso. El escribir es, al menos, un ejercicio mental y casi espiritual. Con él me reconcilio conmigo mismo, pongo en orden mis ideas. Lo que antes a mí me parecía tan claro, no me lo parece tanto cuando lo intento hacer llegar a ti. Eso me gusta. Puede que ni si quiera sientas cosquillas al leer esto, si es que llegas a leerlo, pero yo ya he vuelto a estructurarlo todo.


        «Enfrentarme una vez más a una hoja en blanco, sabiendo que puede que algún día, alguna de las palabras que ahora escribo cambie tu perspectiva acerca de una de las cosas que a mí me parecen importantes, hace que merezca la pena».


 

    Una desgarrada voz me sigue diciendo:

 

    «Creer y retorcerme más, creer y concentrarme más, creer para inmolarme más, creer y equivocarme más, creer para exprimirme más, creer y resarcirme más, y más…».

 

    Y es que a veces no puedo evitar pensar que lo que hago no sirve de nada y que además no lo hago de la mejor forma que se podría hacer, ni tan si quiera, quizá, de la mejor forma que yo podría hacerlo. Pero enfrentarme una vez más a una hoja en blanco, sabiendo que puede que algún día, alguna de las palabras que ahora escribo cambie tu perspectiva acerca de una (ojalá que varias, pero no quiero ser vanidoso) de las cosas que a mí me parecen importantes, hace que merezca la pena retorcerme, concentrarme, inmolarme, equivocarme y exprimirme para al final resarcirme; si acaricio aunque sea con la punta de los dedos mi cometido. Hace que, en definitiva, merezca la pena creer. Creer en mí. Creer en ti

 

    La canción y el hilo conductor de mi reflexión de hoy es «Creer» del grupo madrileño Skunk DF, extraída de su álbum Neo, del año 2003. Álbum que recomiendo a todo el mundo ya que a mí me ha acompañado desde entonces haciéndome disfrutar en los buenos momentos y dándome fuerzas en los no tan buenos. Creedme…


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Pies de foto:


    [Imagen principal] La huella. Sara Arroyo (2011).

 

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Comentarios
[03 nov 2014 10:29] Miguel Ángel escribió:
Siempre van a existir momentos así. Como bien dices, la mejor forma de afrontarlos es cuestionándote para generar algo nuevo. La mayoría de las veces, ese "algo nuevo" no será un acontecimiento importante. La mayoría de la veces, ni siquiera ese "algo nuevo" será algo novedoso, sino un pensamiento, un estímulo que llevaba mucho tiempo invadiéndote lentamente. Pero, evidentemente, todo se resume en creer. Creer en ti. Grande Henares y grande Sara por la aportación visual. Que afloren nuevas cosas de esta herida.