La educación como proceso de socialización
Se está dando marcha atrás en el proceso positivo de educación y socialización, ya que si hay que atender al carácter individual de cada sociedad, no se puede intentar globalizar un tipo de educación y de sociedad a escala mundial. Un análisis y crítica a la educación necesita de un análisis previo de la sociedad, las instituciones, la economía, el trabajo, el Estado y la familia.
Los maestros, su prestigio y las escuelas, están en tela de juicio por la sociedad. Se señala con el dedo exclusivamente a éstos, excluyendo a su vez a las grandes corporaciones y multinacionales —que hoy manejan la educación— y al Estado —que se supone debería manejarla—. Las constantes reformas educativas y el idealismo distraen el verdadero objeto de estudio y se centran solo en su contenido.
La sociología interpreta la educación desde una visión distinta, mientras que las instituciones deben interrelacionarse e insertarse globalmente en la sociedad, lo cual significa trabajar por un objetivo común, remar en la misma dirección, mirar al mismo punto, para conseguir el éxito; educar y socializar.
«Es propio de una sociedad educada, la interiorización de las normas sociales y la adaptación de la cultura —y la conversión de esta—, sabiendo dividir el trabajo correctamente para que no haya desigualdad entre los componentes de dicha sociedad».
La cultura social se encuentra sustentada, expresada y envuelta en el orden social. Para un óptimo orden social de una sociedad determinada, el pueblo necesita unión y trabajo conjunto, es decir, producir para reproducirse y renovarse perpetuamente. Para ello se necesita interiorizar los valores, conocimientos, representaciones, comportamientos, rasgos característicos… con la ayuda de la sociedad, el Estado y las instituciones —cada una con un rol— para la socialización, la cual es inherente a la sociedad, tratándose de un proceso que dura toda la vida. Sin embargo en nuestros días, en una sociedad que se pretende sea globalizada, se está dando marcha atrás en el proceso positivo de educación y socialización, ya que si hay que atender al carácter individualidad de cada sociedad, no se puede intentar globalizar un tipo de educación y de sociedad a escala mundial.
Es propio de una sociedad educada, la interiorización de las normas sociales y la adaptación de la cultura —y la conversión de esta—, sabiendo dividir el trabajo correctamente para que no haya desigualdad entre los componentes de dicha sociedad.
La escuela tiene un papel muy importante en la vida del niño, ya que lo prepara y lo «inserta» en la sociedad y en la vida adulta. Aunque la socialización primaria es asunto de la familia, ambas se dan de forma paralela y con la participación también de los medios de comunicación, la religión, la economía o la política, aunque no todas de forma tan relevante. Sólo la familia y la escuela tienen —o tendrían que tener— autoridad sobre los niños y jóvenes. Hoy en día, en España particularmente, todos estos conceptos han perdido parte de su significado. La educación primaria se ha convertido en la secundaria —o terciaria— y viceversa, creando una confusión y un desinterés por todo lo importante; por esta razón, en 2012, la familia, la política, la economía, la sociedad occidental en general, se encuentran en una alarmante crisis.
La educación no podría entenderse como tal sin la sociedad como conjunto y sus instituciones, por lo tanto un análisis y crítica a la educación necesita de un análisis previo de la sociedad, las instituciones, la economía el trabajo, el Estado y la familia.
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Pies de foto:
[Imagen principal] Inma Lorente (2012) La educación como proceso de socialización.
Bibliografía:
FRANSSINETI, C. (2000). La globalización vista desde los últimos. Santander: Sal Térrea.
Por Xisco Garcia, 17 mar 2012, en Música.