Entrevista a Juanan Soria. Un pintor andaluz en Gante
El pasado mes de noviembre pude contemplar en Gante «Cenizas de mármol», una selección de obras pertenecientes a su proyecto «Destroy to build». Me quedé con ganas de más. Por eso hoy vengo a ver su obra y a escucharle. Aún conserva la frescura de los recién llegados. No sé qué engancha más, si lo inquietante de sus cuadros o el magnetismo con el que te los explica. Vengo a saber cómo vive un artista español expatriado. Cómo vive un pintor andaluz en Gante.
TCoH: Juanan, ¿cómo acabaste tú aquí? ¿Qué hace un pintor andaluz en Gante?
Cuando hace doce o quince años pensaba cuál sería mi futuro en la vida, no veía nada en estas circunstancias, en esta situación. Para nada podía yo imaginarme que iba a acabar en Bélgica y con una mujer rubia que me sacaba cinco centímetros...
TCoH: ¿Quieres decir que si las circunstancias hubieran sido otras te habrías quedado?
Hombre, no puedes comparar. En España hay más calidad de vida, se vive mejor a nivel de tiempo, de sol, de precios...pero luego aquí tienes otras cosas, tienes la calidad de vida a nivel social, a nivel de instituciones, la seguridad social... todo está aquí un poquito mejor organizado. Si hubiera tenido España el espacio y el ambiente y todo hubiese ido por los flujos normales, pues a lo mejor me habría quedado allí.
TCoH: ¿Cómo conociste a tu chica?
Yo estudié en Sevilla y el último año hice una beca Séneca en Valencia. Me gustó tanto la Universidad de Valencia, que lo prorrogué haciendo un máster de postgrado. El segundo año que estuve allí tenía que buscar a dos personas para compartir el piso en el que vivíamos. Empezamos a hacer entrevistas y bueno, metimos a dos chicas erasmus, una portuguesa y una belga (se ríe). Al principio yo la vi una guiri...normal, pero luego con el tiempo pues ya la vi con otros ojos.
TCoH: ¿Qué estudiaba ella?
Ingeniería civil.
TCoH: Dos mundos muy diferentes, ¿no?
Sí, claro...y ella hablaba con una perspectiva del norte y yo con una perspectiva del sur. A la hora de razonar ella siempre lo hacía de una manera muy lógica muy estructurada y yo de una manera más caótica. Yo no tenía nada claro y ella lo tenía todo muy claro. Y al final todo se revirtió (se ríe divertido).
TCoH: Se acaba la beca erasmus y llega el momento de tomar decisiones, supongo.
Sí, yo acabé el postgrado, ella la erasmus y a mí en la última semana de junio me concedieron la beca Antonio Gala, una beca de estancia en Córdoba durante un año. Decidí aceptar la beca y seguir con la relación a distancia.
«Todo lo que pasa en España lo veo con los ojos de Valle-Inclán».
TCoH: ¿Y cuánto estuvisteis así?
Casi dos años.
TCoH: Cuéntame un poquito en qué consistía la beca Antonio Gala.
La residencia Antonio Gala es un antiguo convento que se encuentra en el centro de Córdoba y ofrece becas para jóvenes menores de veinticinco años de los campos de las humanidades: pintura, poesía, escultura, música, dibujo...su filosofía es que tiene que haber una fecundación cruzada, que el músico acabe pintando. Cada uno tiene que hacer su proyecto personal pero que también nutra a los demás con su experiencia. Salieron cosas muy interesantes y muy chulas.
TCoH: Y nada que te viniste para acá.
Pues sí, como dijo Antonio Gala, me lié la manta a la cabeza y me vine pa´ca.
TCoH: ¿En qué año llegaste a Bélgica?
Hice una primera intentona en el 2011. Estuve aquí durante tres o cuatro meses, pero era una época en la que todavía tenía cosas en España, tenía que irme a una estancia de una beca en Serbia, luego tenía una exposición individual en Úbeda y después de todo eso pues presenté la tesina del máster y en 2012 decidí venirme definitivamente.
TCoH: Háblame de tu obra.
Mi obra tiene un carácter social. Siempre he querido meter figuración, que la figura humana estuviera presente. Empecé haciendo una obra que estaba más bien vinculada a nivel casi sociológico o antropológico, en la que estudiaba la identidad de diferentes grupos que estaban alrededor de mí para de alguna manera insertarme y general mi identidad. Como decía un filósofo, la identidad social que se forma con lo que te rodea. Tú eres una elaboración de tu contexto, como decía Ortega y Gasset.
TCoH: El tema religioso y político parece importante en tu obra.
Yo más que religioso o político diría identitario, porque al final todo nace de lo que me ha conformado a mí como persona, que es Úbeda y sus circunstancias y a partir de ahí va nutriéndose toda mi obra. Por ejemplo, a nivel religioso, estudié en una escuela jesuita, luego mi padre ha estado siempre metido en el folclore religioso de la Semana Santa, en la cofradía. Me encantaba ir con él a preparar los tronos, era casi una performance...
TCoH: ¿Hay otros temas recurrentes en tus cuadros?
El 2012 yo lo bauticé como el año del cabreo. Me di cuenta de que tenía que expresar toda la rabia o todo el descontento que tenía de alguna manera porque yo estaba aquí, no podía estar presente en las manifestaciones, o en todo el trajín que se había originado a partir del 11-M. Yo quería estar presente pero no podía porque estaba a miles de kilómetros de lo que estaba pasando en España, así que decidí aportar mi granito de arena con lo que mejor sabía hacer: la pintura. Y empecé a expresar ese descontento, ese malestar, a partir de composiciones abarrotadas de cosas que conformaban ese espíritu revolucionario pero también de cosas que me habían marcado a mí identitariamente. Y cuestionar «todo lo que era sólido», como dice Antonio Muñoz Molina: la política, la religión...y reflejar todo eso en mi obra de una manera irónica, sarcástica. Porque todo lo que pasa en España, yo lo veo con los ojos de Valle-Inclán, de una manera esperpéntica, es que es así, lo llevamos en la sangre. La Guerra Civil española fue una guerra esperpéntica porque no había ningún tipo de preparación y era en plan «vamos a la guerra», iban con la marcha de música y con su banda y venga que nos vamos a la guerra.
Y luego la inmigración. Llegar a ese tema con el que yo tenía que enfrentarme a diario, dentro de la percepción que tenemos de Europa. Nosotros también somos inmigrantes, pero yo la considero como una inmigración de lujo porque yo he nacido a 250 km de Marruecos y una persona que haya nacido en Marruecos y que no puede atravesar un charco de 20 km a diferencia de mí, ella no puede salir de sus fronteras y yo puedo viajar por todo el mundo. No tiene ningún tipo de sentido. Así que me puse a reflexionar sobre mi posición de inmigrante en Bélgica y de otros inmigrantes y de lo que no se puede hacer según el orden establecido.
TCoH: Advierto una cierta influencia surrealista en tus cuadros, ¿me equivoco?
Todo influye...el contexto va influyendo en tu obra. El surrealismo belga fue el surrealismo más puro que hubo en ese momento. Y todos los cuadros de Magritte me influyeron en muchos sentidos y a nivel sarcástico vas cogiendo como la ironía de cada momento y de cada situación que vas viviendo y en este momento la ironía que se da aquí es la de incorporar cosas que son casi banales o absurdas en circunstancias que son muy serias.
TCoH: ¿Es más fácil para un artista labrarse aquí en Bélgica un futuro?
Aquí es más fácil poder vivir del arte porque en esta zona, Países Bajos, Alemania e Inglaterra existe una figura que en España está extinta: el coleccionista. Gente con dinero que en vez de comprarse coches, fincas o invertir en apartamentos en la playa para especular, pues lo invierte en arte. Y empieza a formar colecciones, exposiciones... y la verdad que ese movimiento de coleccionista en España no existe y en ese aspecto es más fácil.
TCoH: ¿Se puede vivir del arte?
Se sobrevive, y aquí en Bélgica, al menos la experiencia que yo tengo, es que al artista le cuesta horrores tener una seguridad laboral. Pero bueno, la verdad es que nuestra generación se ha dado cuenta con la crisis de que el futuro que tenemos es a corto plazo. A raíz de esta crisis, todo el sistema que había anteriormente se ha dinamitado. Es una crisis de sistema, no una crisis económica.
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Pies de foto:
[Imagen principal]: Juanan Soria en su estudio posando junto al cuadro «Desfile de arrogancias» (Desencanto, 2013).
[Segunda imagen]: Juanan Soria. Descendimiento (Mirar lo que cuesta mirar, 2014). Un grupo de inmigrantes intenta saltar una valla invisible con la ayuda de una escalera mientras en el plano inferior hay personas celebrando la Semana Santa, turistas tomando fotos e incluso un hombre con una sierra eléctrica tratando de romper la escalera.
[Tercera imagen]: Juanan Soria. Spanish cocktail (Desencanto, 2014). Hombres trajeados sin rostro absorven con pajita el contenido de una especie de lago con la forma del territorio español.
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Por Elvira Almazán de Blas, 09 feb 2016, en Arte.