'Call of the valley', el gran clásico de la música hindustaní
MÚSICA

'Call of the valley', el gran clásico de la música hindustaní

    Mi encuentro con este álbum ocurrió cuatro años atrás mientras leía el libro 1001 discos que hay que escuchar antes de morir y en seguida entró a formar parte de mis imprescindibles de la música india. El álbum se encontraba perdido en medio de decenas y decenas de álbumes de rock y pop de la era psicodélica y exactamente en uno de los años más importantes dentro de ese conocido movimiento hippie, 1967. Debería existir alguna razón de peso para que ese álbum que, aparentemente, poco tenía que ver con sus vecinos de páginas, estuviera en ese libro. El hecho de encontrar un álbum de música clásica india en un libro escrito por occidentales solo podía significar una cosa: Call of the valley es un álbum relevante para el mundo occidental.  

 

 

    Tras haber escuchado un par de álbumes de Ravi Shankar (también presentes en el mismo libro) comencé a adentrarme en la música india, la cual ya me resultaba algo familiar gracias a elementos como el cine o algún pequeño encuentro con el sitar (el instrumento indio de cuerda que más recuerda a la guitarra). Después de Ravi Shankar y su sitar llegó Call of the valley, un álbum con un propósito que iba más allá de mostrar al mundo lo que era música india. 

 

    Una de las razones que me hicieron escoger este álbum quizás sea la riqueza y el colorido de sonidos que éste guarda dentro de sus seis movimientos. 

 

    El álbum es en sí la unión de tres grandes talentos de la música hindustani (norte de la india) en un solo disco. Un hecho que ya habla por sí solo. Si le sumamos que en la India está considerado un álbum histórico y a su vez una obra maestra ya podemos tener más razones para darle una escucha. Histórico por varias razones. Una de ellas es por haber sido pionero en introducir la guitarra, el santur (un tipo de cítara india) y el bansuri (flauta de bambú india) en la música clásica india. La otra de las razones es el hecho de poseer un concepto, una historia dentro de sí. Siendo además el primero de su especie o uno de los primeros. Sumado a todos estos hechos vino esa gradual conexión con el mundo occidental que ya he mencionado arriba. 


        «Si nos ponemos místicos podríamos estar hablando de una de las músicas que más energía es capaz de transmitir, aun a través de nuestros fríos y digitales altavoces».


    El carácter tan orgánico y a la vez místico de la música india tiene el poder de transportarnos hacia nuevos paisajes sonoros, quizás nunca experimentados anteriormente. Y es, precisamente, esta habilidad de transportar al oyente la que más caracteriza a esta música. Si nos ponemos místicos podríamos estar hablando de una de las músicas que más energía es capaz de transmitir, aun a través de nuestros fríos y digitales altavoces.

 

    Yéndonos un poco a la parte histórica, el año 67 fue sin duda un año en el que la música india y el aura que la rodeaba estaban de moda en occidente y especialmente entre muchos músicos de folk/rock de la época como los Beatles (especialmente George Harrison), Bob Dylan, David Crosby, Donovan o los Yardbirds entre otros. Call of the valley fue definitivamente aclamado por la llamada cultura hippie y pronto se convirtió en uno de los álbumes de música india más vendidos fuera de su país. Algunos lo calificaron como el «puente» que unía Occidente con la India, y como no, era uno de los imprescindibles para los recién llegados a la música india.

 

    Ciertamente, todos estos hechos deben tener más de una razón oculta. Y para averiguarlo es necesario analizar el álbum en sí mismo. 

Desde la parte musical, nos encontramos en primer lugar con que se trata de música de la rama hindustaní o norteña (la misma rama a la que pertenece el famoso Shankar). Tiene sus orígenes en los rituales védicos (siglo XII) y las tradiciones populares del norte del país, incluyendo también la influencia persa. La música hindustaní está abrazada al concepto raga, que en pocas palabras es el concepto que se usa para definir la faceta melódica de la música así como el sentido, color y momento del día. Raga es, por así decirlo, el esquema musical que alberga cada pieza musical o tema. A día de hoy se cuentan alrededor de cien ragas de uso frecuente. En los libros podemos encontrar miles de ellos así como páginas y páginas dedicadas a explicar el concepto. Es por ello importante tener esto en cuenta a la hora de escuchar música hindustaní. Asimismo el propósito del músico cuando interpreta un raga es, además de reflejar un estado mental o sentimiento, comunicarse con el oyente (lenguage musical). Por lo que raga también puede ser considerado una lengua. 

Los ragas son a menudo acompañados por tala, la cual marca la estructura o ciclo rítmico de la pieza. Desde un punto de vista más amplio, tala es para los indios la ciencia o estudio del ritmo llegando a ser francamente complejo. El instrumento que más representa los tala es la tabla. Un instrumento de percusión formado por dos tambores que son capaces de producir una gran variedad de sonidos según la forma en que se golpeen. 

 

    El tercer componente es conocido como drone o nota pedal. La repetición continua de una nota o acorde. La finalidad es proporcionar una base al músico solista a la hora de interpretar el raga. Es fácil de percibir ya que suele escucharse al inicio de cada tema. Normalmente es producido por la tambura, un instrumento de cuerda simpática que se toca verticalmente y sentado de piernas cruzadas. De esta forma tenemos hecha la división melodía, ritmo y drone.

 

    Lo que posiblemente hace a Call of the valley tan especial es la historia que hay detrás. La historia está contada, por supuesto, a través de ragas. Conceptualmente, el álbum dura un día representado a través de ragas. Comienza en la madrugada y termina en la noche completando así el ciclo de veinticuatro horas. La historia trata sobre un día en la vida de un pastor del valle de Cachemira y de como se enamoró. Cada movimiento del álbum presenta una escena diferente y para muchos describe a la perfección el bello y montañoso paisaje del valle de Cachemira.


        «Conceptualmente, el álbum dura un día representado a través de ragas. Comienza en la madrugada y termina en la noche completando así el ciclo de veinticuatro horas».


    Probablemente, el movimiento más conocido y admirado sea el primero, Ahir Baihrav / Nat Bhairav por la forma tan precisa y emotiva de comenzar. El movimiento en sí ejemplifica perfectamente en que consiste la música hindustaní. La espectacular crecida de las primeras notas de guitarra seguida por la flauta que nos indica el despertar y la salida del sol. Con la entrada del santur el paisaje se empieza a vislumbrar. La hierba, los árboles y los pequeños riachuelos son casi visibles. Poco a poco todo se va volviendo frenético, mágico, colorido, hasta culminar en una especie de torbellino de sensaciones que se termina apagando y da paso a los siguientes pasajes.

 

    Para ser sincero, mi forma de concebir Call of the valley ha cambiado mucho con el paso de los años. Tanto que incluso ahora me parece un álbum bastante diferente al que había escuchado cuatro años atrás. Supongo que se trata de esa conexión oyente-álbum que solemos hacer cuando nos hemos acostumbrado tanto al sonido de un disco. O quizás se trate de esa apertura espacio-tiempo que todo buen disco es capaz de producir en nosotros cada vez que le damos al play. Lo que es cierto es que si la música india nos cautiva es capaz de hacernos viajar todo lo lejos que queramos y solo necesitamos cerrar los ojos para sentirlo. Cuanto más la escuchamos más la entendemos, más la queremos entender y más la disfrutamos. Como hecho curioso y para concluir, el álbum fue grabado en un estudio de Mumbai y durante una sesión nocturna. A pesar de ello esto nunca ha parecido afectar a la calidad final del álbum y el ciclo día/noche está perfectamente representado. Para los expertos, un buen álbum de música india nunca debería perder su aura a pesar del paso de los años. Y este en concreto, después de sus casi 50 años, todavía permanece fresco, atemporal y mágico.  

 

    **PD: Para los que después de haber leído la reseña y escuchar el álbum os habéis quedado con ganas de adentraros un poco más, os invito a escuchar un podcast de elaboración propia a modo de introducción que os dará más pistas sobre la música india y os ayudará a continuar «el sendero» por vuestra cuenta: http://micromundos.podomatic.com/entry/2011-04-12T16_26_23-07_00

 

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Pies de foto:

 

[Imagen principal] Detalle de la portada de Call of the Valley.

 


Bibliografía

 

The dawn of Indian music in the West : Bhairavi / Peter Lavezzoli New York : Continuum, 2006.


Hindustani music : a tradition in transition / by Deepak S. Raja ; foreword by Shivkumar Sharma ; introduction by Lyle Wachovsky Author; Raja, Deepak New Delhi : D.K. Printworld, 2005.


Link directo al album. Recuperado el 29 de mayo de 2014, desde: https://www.youtube.com/watch?v=O1zzVqrCEeU

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Comentarios
Simón Rodríguez
Enamorado de la música, entusiasta de Asia, escéptico en ocasiones y vividor a ratos. Hago música y fotografías y grabo podcasts en mis ratos libres.
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