Humano, demasiado humano
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Humano, demasiado humano

    En este artículo hablaré de la novela gráfica Nietzsche, se créer liberté (Nietzsche, imaginarse la libertad) dibujada por Maximilien Le Roy, escrita por Michel Onfray y publicada por Le Lombard en 2011 (en España ha sido editada por Sexto Piso).

 

 

    Llevar la vida del autor de Así habló Zaratustra al lenguaje de las viñetas no es una tarea para pusilánimes. Es un tema que no deja de ser complejo, pues aún hoy en día se siguen malinterpretando numerosos pasajes y mensajes de su obra. El filósofo muchas veces jugaba con la sugestión, con cierta poética, para lanzar sus dardos filosóficos. Invitaba a «rumiar» sus textos (Nietzsche 2006), a saber digerirlos pausadamente. Incluso los pasajes donde declara que sus lectores deben ser «espíritus altivos», «los menos», y «hombres de altas alturas» son abundantes. Esta actitud se debe a circunstancias que se reflejan elocuentemente en el cómic, una constante frustración comunicativa con los lectores de su época. Y es que sus libros e ideas no dejaron de causarle problemas a lo largo de su vida.

 

 

 


    La novela gráfica está lejos de ser un ensayo filosófico sobre su obra, si bien aparecen las cuestiones esenciales del mundo nietzscheano (el superhombre, la muerte de Dios, la transvaloración de todos los valores, la voluntad de poder, el eterno retorno de lo mismo, etc.). La historia se centra más en cómo fue su vida y sus relaciones sociales. En este aspecto el cómic es un buen prólogo, quizás, para el lector que desconoce la obra del filósofo y quiere introducirse en ella. Ver al humano que había detrás de frases como: «Quien con monstruos lucha cuide de convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti» (Nietzsche 2005).

 

    En el cómic encontramos conexiones entre los mensajes de su filosofía y las experiencias que tuvo. De esta forma nos acercamos a la intimidad de un Nietzsche solo, traicionado y frustrado. Sus desavenencias con los académicos, con su hermana (Onfray no olvida contar cómo calumnió sus textos para acercar su mensaje a los valores nacionalsocialistas), con Wagner, con la obra de Schopenhauer y demás.


        «El cómic es un buen prólogo, quizás, para el lector que desconoce la obra del filósofo y quiere introducirse en ella».


    Uno de los aspectos más encomiables del ritmo narrativo de este trabajo es el hecho de que tras cada escena nos topamos con una página o dos, que llevan un tratamiento gráfico más inquietante y sin texto. Donde se nos muestra a Nietzsche en soledad y tormento. Quizás para recordar que tras sus discursos y debates geniales, donde se mostraba elocuente y dionisíaco; existía su lucha interna. Este recurso es ciertamente sugerente, porque manifiesta con sensibilidad una de las características más palpables de Nietzsche: que fue un pensador que buscaba una forma de soportar la hiriente realidad. «¿Qué dosis de verdad puede el hombre soportar?» escribe el personaje de Nietzsche en una parte del cómic.

 

    En el cómic se trata de forma humana al filósofo, manifiesta sus ideas no con la tiranía y la egolatría que muchos ven erróneamente en su obra; sino como estrategias para sobrevivir y ascender en la vida. El concepto de voluntad de poder se encuentra perfectamente expresado en la parte donde escribe: «Siempre delante de mí hay una meta pequeña, y asegura satisfacciones fáciles y regulares». No es el poder sobre Europa o sobre el mundo, sino sobre sí mismo; Nietzsche siempre ha hecho hincapié en este punto. Además abundan las partes donde contemplamos la sensibilidad extraordinaria de Nietzsche, ya sea por la música, por la filosofía o por la naturaleza.

 


 


    La plástica de Le Roy se adapta muy bien a esta historia melancólica. Su dibujo (lápiz y colores planos en digital) es quebrado y expresivo, con un realismo que ayuda a darle veracidad al drama. Quizás el precio de este realismo es que a veces se note que para algún plano haya calcado una foto. Pero una vez se empieza a leer la historia esto no afecta en absoluto al automatismo de la lectura.

 

    El color de este libro está muy cuidado, con pocos tonos consigue plasmar ambientes y emociones, además, junto con el lápiz el resultado irradia una calidez muy íntima. Otro recurso ingenioso es cómo va alternando de forma fluida entre lo que acontece en la diégesis de la historia y lo que ocurre en la imaginación del protagonista.

 

    En conclusión, Nietzsche de Onfray y Le Roy es un cómic muy recomendable, tanto para aquellos que no conocen la obra del filósofo, como para los que sí. Puesto que no decepciona, sino que es una invitación cuidada y sensible a lo que fue su vida.

 

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Pies de foto:


[Todas las imágenes] Michael Onfray & Maximilien Le Roy (2011) Nietzsche, imaginarse la libertad.

 

 

Bibliografía:

 

ONFRAY, M y LE ROY, M. (2011). Nietzsche, se créer liberté. Bruxelles: Lombard.


NIETZSCHE, F. (2006). La genealogía de la moral. Madrid: Alianza.

 

NIETZSCHE, F. (2005). Más allá del bien y del mal. Madrid: Alianza.

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