Disparando a la Historia: el nacimiento
CULTURA

Disparando a la Historia: el nacimiento

    Imagine una habitación oscura; negra. Imagine un agujero por el que entra un rayo de sol, pequeño pero decidido, que golpea una lámina de papel y deja una escena impresa en él. Imagine al primer hombre que imaginó esto, sin guía, sólo pensamientos que van y vienen. Porque la imaginación del hombre es desbordante, inabarcable y gracias a ella hoy somos de un modo y no de otro, vivimos de una determinada manera y tenemos una serie de herramientas que nos hacen más o menos complicada la vida, según se mire.

 

    Y gracias al poder creativo del hombre nació la fotografía. Del amor por la magia, lo fantástico y maravilloso surgió una disciplina que nos muestra realidades, capaz de detener el tiempo, de hacer eterno un segundo, de ser prueba para los hombres de poca fe y los ojos de quienes no pudieron ver. 

 

 

    El hombre tiende a olvidar que tuvo un día para nacer. Un momento en que quizás le sobrevinieron los miedos comunes de la incertidumbre, mezclados con la excitación expectante de su futuro más próximo. Y es que nacer es un acto natural nada sencillo. Nacer una vez en la vida o nacer día a día. Nacer con cada proyecto, con cada ilusión. Nacer diciendo adiós al pasado y saludando al futuro, en un efímero presente que se nos escapa de las manos. Nacer como hoy lo hago yo aquí: Disparando a la Historia (o puede ser que nazca ella y yo sea sólo la madre que abre las piernas pero, de alguna manera, algo empieza también en mi).

 
    Como todas las cosas en la vida, las cotidianas y las extraordinarias, hubo un día en que la fotografía vio la luz del mundo. La vio y la utilizó para volver eternos los instantes, para atrapar al escurridizo presente.


    La etimología de la palabra 'fotografía' proviene del griego: phos «luz» y grafe «escritura». Es el arte de escribir con la luz. El origen de la ciencia del sol no está tan claro y son muchos los nombres que suenan sobre su descubrimiento. Entre ellos, quizás Aristóteles (384-322 AEC) fue el primero en explicar el hecho de que al oscurecer una habitación dejando entrar un solo rayo de luz, a través de una abertura del tamaño de un lápiz, si se proyectaba éste sobre en un papel blanco, la escena aparecería, invertida y borrosa, pero reconocible. Hablaba de la cámara oscura.


    Sin embrago, no fue hasta el siglo XVI cuando Leonardo Da Vinci (1452-1519) realizó la primera descripción detallada e ilustrada. Extrapolando el cuarto oscuro a una caja portátil, los pintores italianos de la época comenzaron a utilizarla para dibujar escenas con mayor precisión de escala y perspectiva.


    Se demuestra pues, el afán del hombre por capturar el ahora. Primero a través de la pintura y más tarde sería la fotografía la que congelase momentos, como una necesidad imperiosa del ser humano por agarrarse a algo, por no sentir el fulminante tiempo que vuela sin detenerse: por el amor a la pausa.


        «Primero a través de la pintura y más tarde sería la fotografía la que congelase momentos, como una necesidad imperiosa del ser humano por agarrarse a algo, por no sentir el fulminante tiempo que vuela sin detenerse: por el amor a la pausa».


    Durante el siglo XVII se investigó en abundancia sobre la sensibilidad a la luz de soluciones de nitrato de plata y cloruro de plata. Es la antesala de los estudios que en diferentes lugares, sobre todo de Europa, se llevarían a cabo durante la siguiente centuria.


    El nacimiento de la fotografía, tal y como hoy se conoce, fue fruto del trabajo de muchos hombres amantes de la luz, el espacio y la imagen. Que, entre lo artístico y lo mágico, contribuyeron al desarrollo de la pequeña cajita de sueños: la cámara fotográfica. Entre todos ellos, existen nombres que no podemos obviar.


    Thomas Wedgwood (1771-1805) mecenas y enamorado del Arte y Humphry Davy (1778-1825) químico, hacia el año 1800 realizaron los primeros experimentos para obtener imágenes con materiales sensibles a la luz. Sobre un papel sensibilizado con nitrato de plata, colocaban objetos opacos que exponían al sol, sin embargo, la imagen se desvanecía al poco tiempo.

 


 


    Nicéphore Niépce (1765-1833) terrateniente francés, químico, científico y litógrafo, se dedicaba a la reproducción de obras de arte. En 1826 produce la primera fotografía sobre una placa de peltre (aleación de cinc, plomo y estaño), que cubriría con betún de Judea y aceite de lavanda. Nace entonces la Heliografía. Esta primera imagen fue llamada Punto de vista desde la ventana de Gras, y aún hoy se conserva en los archivos de la Universidad de Texas (Estados Unidos). Fueron ocho horas de exposición para obtener una imagen positiva directamente de la realidad.


    Amigo de Niépce era Lousie J. M. Daguerre (1787-1851), pintor y decorador muy interesado en la forma de fijar la luz. Daguerre inventó en 1839 lo que bautizó como daguerrotipo, una máquina capaz de grabar imágenes sobre una plancha de cobre plateada y tratada con vapores de yodo y yoduro de plata.


    Aunque se reducen los tiempo de exposición a unos veinte minutos, continúan las dificultades para conseguir retratos nítidos. Pero la clave de su invento es que fue precursor del estallido de la fotografía. El verdadero nacimiento del mundo en imágenes.

 

    Por su parte, William H. F. Talbot (1800-1877) sentó entonces las bases de la fotografía explicando cómo un negativo sobre un material adecuado (papel, por ejemplo) podría usarse para conseguir todas las copias que se deseasen por contacto. En 1841 patentó el calotipo, pero su calidad y precisión era mucho menor que la del daguerrotipo, así que apenas llego a utilizarse. Durante ese mismo año, el matemático húngaro Josef Petzval (1807-1891) diseñó el primer objetivo específico para uso fotográfico (f/3,6), que redujo los tiempos a un minuto. El retrato ya era posible.


    El siguiente paso fue el uso de colidón húmedo para los negativos sobre cristal, propuesto por el escultor inglés Frederick S. Archer (1813-1857). Y prácticamente al mismo tiempo, Talbot formuló la posibilidad de fotografiar con flash, usando una chispa eléctrica intensa con la que se obtendrían imágenes nítidas de un sujeto en movimiento.

 

 

 


    A mediados del siglo XIX la fotografía se había convertido en una actividad económica, en una profesión. El fotógrafo ha tomado la forma de una especie de mago que congela personas y paisajes en un papel, y se dedica a captar la realidad de un mundo que le resulta fascinante. Es a partir de este momento cuando el camino del arte de escribir con la luz se bifurca hacia el mundo del cine y al de la imagen fija. En 1877 el fotógrafo Eadweard Muybridge (1813-1904) utilizó una batería de cámaras para estudiar el movimiento del caballo, queriendo disipar la duda de si éste permanecía unos segundos flotando sobre el aire durante su trote o no. Este estudio le valió de inspiración para crear el zoopraxiscopio, un aparato que proyectaba el movimiento continuo de imágenes estáticas.


    Dejando a un lado el mundo en movimiento del cine, continuamos por la senda evolutiva de la fotografía. En 1888 nace el rollo Kodak, que un año más tarde se comercializa dentro de una pequeña y manejable cámara, la Kodak No1.


        «A mediados del siglo XIX la fotografía se había convertido en una actividad económica, en una profesión. El fotógrafo ha tomado la forma de una especie de mago que congela personas y paisajes en un papel, y se dedica a captar la realidad de un mundo que le resulta fascinante».


    Con el cambio de siglo la profesión fotográfica ha quedado más que consolidada en todo el mundo. Desde entonces hasta nuestros días se ha ido avanzando en las técnicas y desarrollo de instrumentos, pero el gran paso ya estaba dado. Sin embargo, se deben destacar tres acontecimientos más: el primero en 1907 con la creación de la placa autochrome, el primer proceso en color que empleaba una emulsión pancromática recubierta con granos de almidón rojos, verdes y azules. Algo más tarde, en 1921 surge la fototelegrafía, que permitió la transferencia de fotografías por radio, es decir, la transmisión gráfica de noticias. Y por último (para nosotros), en 1924, la empresa alemana Leica da a conocer su primera cámara fotográfica de 35mm. Diseñada por Oscar Barnack (1879-1936), contaba con un chasis básico y accesorios adaptables.


    Disponemos ya de todos los ingredientes para comenzar este repaso por la fotografía documental que aquí se propone. Ha nacido la fotografía, el fotógrafo y el fotoperiodismo. Es necesario para nosotros, aquí y ahora, discernir entre la fotografía ilustrativa y la directa. La primera se preocupa exclusivamente por la belleza visual de la imagen, es lo que se conoce también como fotografía artística. La segunda es la que nos interesa, porque en ella el sujeto habla por sí mismo y acerca de sí mismo. Es la imagen que usa el medio de forma directa, sin manipulación, sin rastro alguno del fotógrafo. Es la realidad dando sentido a la realidad. De la fotografía directa se derivan las imágenes informativas, el periodismo gráfico y de reportaje, fotografía documental y la ilustración realista.


    El hombre comienza a disparar a la Historia, la atrapa, la muestra, la guarda, la recuerda. Y es momento de recuperarla. Ha nacido disparando a la Historia.


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Pies de foto:


[Imagen principal] Gemma Frisius (1544) De radio astronomica e geometrico.

 

[Segunda imagen] Nicéphore Niépce (1826) Punto de vista desde la ventana de Gras. Harry Ronsom Humanity Research Center, Universidad de Texas, Austin (EE.UU.)

 

[Tercera imagen] Eadweard Muybridge (1872) Caballo en movimiento

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