GLORIA JIMÉNEZ
Elecciones para el desencuentro
Desde Babel, los hombres estamos avocados al desentendimiento y el desencuentro. Entonces la traba era que cada uno de los obreros de aquella torre con expectativas de llegar al cielo hablaban idiomas diferentes. Hoy, muchos siglos después de aquella leyenda, personas que hablan el mismo idioma, que aprenden el del vecino, son incapaces de ponerse de acuerdo en construir siquiera los cimientos de una civilización civilizada.