Legere Avde: dos (Granada)
Un viaje en tren implica la elección premeditada de un buena lectura o una adecuada lista de reproducción. Si el trayecto es de vuelta a casa tras un largo tiempo los colores del paisaje tornan diferentes, se saluda lo conocido y los minutos se cuentan de uno en uno.
Era diciembre y necesitaba las voces de otros que callasen la mía, al menos por un rato, para pasar el trago de unas previstas aciagas navidades que a todos nos acaban llegando, que ya os contaré un día. Recurrí entonces a un libro que guardaba en la recámara desde su reciente publicación, «Todo es poesía en Granada». Este no intenta ser una antología de los autores de la localidad ni un compendio de las mejores creaciones de este género. Para ello marcaron una horquilla de tiempo: los quince años transcurridos de siglo, gran período de cambio social, económico y tecnológico que se hace visible más de lo que pudiéramos imaginar en los versos que se escriben. Un riguroso orden alfabético pone en fila ciento cincuenta apellidos para hacerlos libres de etiquetas y prejuicios. Y eligieron un sitio, Granada, el cual ha sido mi celda y mi patio, culpable de que ahora me leáis.
La literatura de esta tierra es como su ríos, están siempre pero bien escondidos y esta selección es querer contar el caudal en un preciso lugar e instante. Al igual, los versos fluyen sino como torrentes por áridas tierras cuando se le antoja. Palabras de Luis García Montero durante el acto de presentación, en lo que muchos están de acuerdo, es que se trata de una ciudad de poetas y a su vez de una ciudad poética. Una ciudad viva en la literatura por sus homenajes, lecturas, espacios o festivales, que escapa poco a poco de puertas cerradas y grupos inaccesibles de chistera y monóculo. Estas páginas para algunos son como una postal en la que reconocer el verbo de la capital nazarí, para otros conocer lo que en la actualidad se gesta. Para mí es casi un juego metalingüístico en el que os convoco a indagar en esta invitación a la búsqueda de más material de sus autores, porque os aseguro que os resultará escaso. Doy el primer paso y ofrezco una cita a ciegas con este poema:
Dentro de este poema pasa un lobo que deja sus pisadas en la nieve.
Sigiloso y hambriento,
recorre una ciudad que miró confiada hacia el futuro.
Hoy han bajado todas las persianas.
Esta tarde,
trato de no hacer ruido
y que avancen los versos como pasan los días para que el lobo escoja
un camino que lleve a otro lugar,
una presa más débil.
Pero en este poema espera un lobo
que ha venido a buscarme.
Aunque intente estar quieto y no hacer ruido salta por las palabras un recuerdo
que me arranca un aullido y me devora.
Ahora permitan ser una víctima de las ciento cincuenta bocas a las que os entrego. Vuelvan a su librería habitual, el título es fácil. Obtendrán un pasaje que los tele-transportará a tantos rincones como veces sientan el olor de sus hojas y habrán adoptado uno de esos libros que nunca se aleja de la mesita de noche, o esa fue mi intención. Aunque en ciertas ocasiones no hay mejor sinopsis de una obra que la cita famosa que la precede:
«¿Cómo, después de esto, no alabarla puedan las escrituras?», Ibn al-Jatib.
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Pie de foto:
[Imagen principal]: Todo es Poesía En Granada.
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Por Elvira Almazán de Blas, 09 feb 2016, en Arte.