La pecera
¿Es la sociedad realmente dueña de su porvenir, o quizás sólo de un pequeño trozo «realismo» asignado desde arriba? Salgan de su pequeña y cómoda pecera. Vean lo que hay al otro lado de ese opaco cristal y traguen saliva.
La vida es como una caja de bombones. Nunca sabes si lo que te vas a comer es un trozo de chocolate o un trozo de mierda. Creo que Forrest Gump quería decir algo así, más o menos.
Tanto leer y documentarse histórica y políticamente para que al final dé la impresión de que sirve sólo para saber la dirección en la que mueven los hilos las altas esferas. En más de una charla filosófica entre amigos, hemos comentado a veces que daba la impresión de que si algún día triunfara un cambio político radicalmente opuesto a lo que nos azota, ese cambio sería ficticio, como el que monta una pecera más o menos grande y hace que los peces tengan su propio universo para dirigirlo a su manera, pero que luego dependen de una mano externa que decide si les da de comer o no.
Hubo un tiempo, lo reconozco, en el que el optimismo acerca de una mejora en cuanto al momento en que vivimos era dominante en mí, pero la cosa duró como cinco minutos. Ves los documentales acerca de otros momentos de nuestra Historia y no puedes creer cómo había gente que actuaba de tal o cuál manera, pero me imagino que eso es lo que sentirán nuestros nietos si seguimos por estos derroteros, avanzando tecnológicamente a pasos agigantados y cavando hacia abajo como topos en cuanto a lo social se refiere, como si nos hubiésemos emborrachado demasiado y hubiese que poner un poco de orden para que no se desmadre la sociedad.
«No crean que vive uno cómodo en la pesadumbre, pero tampoco les puedo negar que todo en la vida es acostumbrarse».
Supongo que cada época en la Historia tiene su personaje de cabecera que la identifica, y la que nos ha tocado vivir tiene un elenco protagonista mayor que el de diez series americanas juntas. Les decía antes que mi optimismo duró unos cinco minutos, y no crean que vive uno cómodo en la pesadumbre, pero tampoco les puedo negar que todo en la vida es acostumbrarse. Sales a beber con tus amigos, cenas con tu familia en Navidad, haces el amor con tu pareja como buenamente puedes, y ya si tienes un trabajo medio bien pagado te puedes considerar un afortunado en tu pequeña porción de mundo asignada. Pero por suerte siempre hay alguien que te da un bofetón y te invita a levantar la barbilla y a mirar el paisaje por la ventana. Y es que puedes ser el rey de tu pecera, pero eso no quita que la hostia sea igual de grande cuando salgas por la puerta y veas el mar.
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Pies de foto:
[Imagen principal] Carolina Jiménez (2013) La pecera.
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Dejo otra cita de Galeano: La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos; camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar.
Te recomiendo una lectura: Gente poco corriente. Resistencia, rebelión y jazz. De Eric Hobsbawn.