Entrevista pasado - futuro
Miguel Ángel Vázquez Vera y Sara Arroyo pueden ser ejemplo de pasado y futuro dentro de TCOH, aunque no es menos cierto que, con tan poco tiempo, hablar de pasado no es tan correcto como hablar de presente y futuro de la revista, pues los dos, directores de la publicación, son parte activa de la revista hoy día. Para conmemorar el primer año de TCOH he querido charlar con ellos y de paso permitir que todos los lectores conozcan de primera mano a los artífices de este proyecto. Vamos allá.
TCOH ha cumplido su primer año como revista cultural independiente, asentándose en este movedizo terreno en el que se ha convertido Internet, ¿cómo se encuentran las raíces de este proyecto?
Sara: Yo creo que bien cogidas a la tierra. Somos una publicación modesta con un gran equipo de redactores e ilustradores, gente muy buena y muy profesional, con los pies en el suelo. Poco a poco crece el número de lectores (o seguidores, como se les llama ahora) y es reconfortante saber que hay alguien al otro lado, alguien a quien «agitas» con tu trabajo. Para mí ésa es la verdadera razón de este proyecto, no se trata de crecer por crecer, sino que atiende a una necesidad comunicativa, un verdadero amor al arte y fe ciega en la cultura.
Miguel, ya ha pasado bastante tiempo desde los primeros pasos con el nombre de TCOH. ¿Qué ha cambiado y que se mantiene inalterado entre una etapa y otra?
Miguel Ángel: Todo cambia. Incluso lo que parece que sigue igual. Ninguna persona es la misma de ayer. El proyecto sigue su propio camino a través de una inercia colectiva, gracias a toda la gente que colabora y a toda la gente que nos sigue.
Directora (a sus pies), tu eres quien ha cogido la batuta en esta nueva etapa, al frente de la cual ya se han publicado nueve números de la revista. ¿Cómo ha sido la experiencia desde que tomaste la responsabilidad? ¿Qué destacarías de este, todavía, pequeño espacio de tiempo al frente de la revista?
Sara: Para mí fue un regalo, no sólo la revista, sino la confianza de Miguel Ángel. Siento que ha dejado en mis manos a un hijo y eso conlleva una doble responsabilidad. Al principio estaba muy asustada, casi no conocía al equipo, ni tenía idea de cómo escribir el editorial, sólo sabía que todo tenía que estar perfecto para el día 1 de septiembre. Dos días antes me falló la viñeta, no le di importancia pero cuando quise publicar el número no podía hacerlo sin ella. Primera y en la boca. Mandé un mensaje a todos los ilustradores y en dos minutos Inma Lorente me había enviado uno de sus dibujos. Eso es lo que destacaría, la gran implicación de todo el equipo, siempre dispuestos a colaborar, a ayudar, con un sí en la boca (virtual). Es lo mejor de TcoH.
Describidme cómo es vuestro estado de ánimo una semana antes de publicar el número -y ver como faltaban la mitad de los contenidos- y justo después de publicar el número en cuestión.
Sara: Los días de antes son un poco estresantes. Trato de tener todo muy ordenado, cada colaborador con su carpeta y una tabla con el plan de trabajo de cada mes. Uso colores para saber quién me ha entregado, qué ilustrador está asignado, quién falta por entregar y qué está ya subido y maquetado. Pero siempre surgen problemas de última hora, entregas que llegan tarde, el servidor que se atasca… aunque, hasta al momento, nada que no hayamos podido solucionar. Cuando le doy a «publicar» siento más orgullo y satisfacción que el rey y la reina juntos. La gente entra en la web y solo ve un número más, pero yo veo el resultado de muchas horas de trabajo, de mucha gente, con muchas ganas e ilusión. Y puedo respirar en paz, al menos unos días.
La revista cuenta con un equipo numeroso de colaboradores. ¡Menuda locura, cada uno de su padre y de su madre!
Miguel Ángel: La verdad es que sí. El equipo actual ha sido fruto de mucho trabajo intentando buscar a gente para que colabore con nosotros. Hay que decir que todo lo hacemos de forma altruista, por lo que es de agradecer la labor que hacen todos los integrantes del proyecto. Es curioso como se ha ido formando esta familia. Al final te fallan algunos en los que confiabas, otros te sorprenden gratamente. Lo que está claro es que estamos orgullosos de todas las aportaciones que tenemos en la actualidad. La puerta sigue abierta para quien quiera colaborar.
Sara: Sí, y todos son geniales, cada uno a su manera. Es la magia de TCoH. Los redactores tienen libertad para hablar de lo que les apetezca y los ilustradores para interpretar los textos, creo que esa es la razón por la que cada vez que alguno me envía su trabajo, me sorprende. Siento admiración por todos ellos. ¡Y cada vez somos más! A la gente le gusta lo que hacemos y quieren formar parte de ello, esa es una oportunidad que no ofrecen otras publicaciones.
«El proyecto sigue su propio camino a través de una inercia colectiva, gracias a toda la gente que colabora y a toda la gente que nos sigue».
Al principio la revista funcionaba como una especie de blog con entradas que se iban renovando periódicamente. ¿Por qué se decidió que la revista debía de ser mensual y con contenidos fijos?
Miguel Ángel: Bueno, el formato blog era el más sencillo para comenzar. Nos evitaba muchos problemas que no podíamos resolver por entonces de diseño, funcionalidad y organización. El formato actual responde a nuevas necesidades que vimos que podíamos resolver de esta manera. La respuesta del público ha sido buena. Aún así, seguimos estudiando la manera de llegar mejor al público y ofrecer los contenidos de una forma más cómoda. Escuchamos sugerencias.
Ya hemos comentado que son nueve los números que preceden a este número especial de TCOH. ¿Con cuál de ellos os quedáis?
Sara: Esto es como preguntar a una madre con cuál de sus hijos se quedaría. Todos son especiales, te vuelcas con cada número y tratas de mejorar.
Miguel Ángel: Cada número tiene su interés. Aunque a nivel individual siempre suele gustarnos lo último que hemos hecho porque nos parece mejor a lo demás. En mi caso, siempre hay artículos o ilustraciones que me sorprenden en cada número. Una vez pensamos en sacar una edición impresa con lo mejor de la web, pero la idea no cuajó, al menos hasta el momento...
La oferta de revistas digitales, webs y blogs va en aumento gracias a las facilidades que Internet nos ofrece. ¿Qué sentido tiene hacer una revista cultural en estos momentos?
Sara: En el mundo suceden muchas cosas que no tienen sentido, una revista cultural más no puede ser tan malo… TCoH no es mejor ni peor que otra, y ni siquiera lo pretende. Quizás lo que tiene de especial es que es «nuestra», de un grupo de gente que tiene cosas que compartir y trata de hacerlo como mejor sabe.
En un principio la revista parecía estar enfocada hacia un público joven, inconformista e interesado en cuestiones relacionadas con la música y el arte; sin embargo, ahora se tratan temas que van desde la historia hasta la crítica social. ¿Hay intención de mantener el espíritu joven e inconformista con el que se inició la revista?
Miguel Ángel: No hay intenciones de ningún tipo. La revista es hoy día lo que tiene que ser y mañana puede cambiar completamente. El espíritu dependerá de la colectividad que conforme el proyecto.
La contribución de las mujeres en la revista es muy destacado. ¿Estaba premeditado o fue algo natural? ¿Cuál es el papel que debe tener la mujer en un medio de comunicación actual?
Miguel Ángel. La verdad es que no fue premeditado. Siempre hemos querido tener a los mejores profesionales en los que pudiésemos confiar y el resultado es el staff que tenemos hoy día. No quiere decir que el día de mañana pueda haber más hombres que mujeres. Es una cuestión que no tiene importancia. Las puertas están abiertas para quien quiera colaborar, independientemente del sexo.
Sara: Hay una frase que mi madre siempre me repite y es que lo que puede hacer cualquier otra persona, puedo hacerlo yo. Así que, como mujer, extenderé esta respuesta al ámbito de lo «propiamente femenino o masculino». Los papeles son iguales para todos: están en blanco, y cada uno lo escribe a su manera.
De cara al futuro, ¿qué planes tenéis para la revista? Podéis contármelo a mí, no se lo voy a decir a nadie.
Sara: A corto plazo, estamos intentando hacer una revista más dinámica. También queremos conseguir mayor implicación y participación de los lectores/seguidores.
Miguel Ángel: Hay muchos planes y muchas ideas, pero no todo es factible de llevarse a cabo. Somos conscientes de que aun estamos empezando. Si todo fuera posible editaríamos un número impreso, nos encargaríamos de promocionar a artistas generando exposiciones públicas, editaríamos a escritores y músicos, organizaríamos ciclos de cine, festivales de música y tendríamos a corresponsales cubriendo acontecimientos internacionales en nuestro propio canal de video en la web... Puestos a imaginar...
«La verdadera razón de este proyecto, no se trata de crecer por crecer, sino que atiende a una necesidad comunicativa, un verdadero amor al arte y fe ciega en la cultura».
Vosotros habéis sido y sois los encargados de redactar la editorial de cada número, invitándonos a la reflexión en cada lectura. ¿Qué significa para vosotros abrir cada número con vuestras palabras, pensamientos y experiencias vitales? ¿Qué se espera de un buen editorial?
Miguel Ángel: La verdad es que no sé qué esperar de un buen editorial. Supongo que hay muchas maneras de escribir una presentación para un nuevo número. Creo que lo mejor es afrontarlo como un artículo más, con la única intención de no dar demasiado al lector para que se quede con ganas de más. Es como el aperitivo anterior a una buena comida.
Sara: Aún no he descubierto qué es lo que se espera de un buen editorial. Miguel me dijo «escribe sobre lo que te apetezca» y eso hago. Suelen ser textos muy personales que trato de generalizar para que quienes lo lean se sientan, de algún modo, identificados; que vayan de lo particular a lo general. A veces, los temas se asemejan al de otros artículos o a la viñeta, es como si de pronto, en un momento determinado, todos pensásemos lo mismo o sintiésemos de una forma parecida. Sorprende. Dicho esto, confieso que me cuesta mucho decidir sobre qué escribir y, sobre todo, pensar que merece la pena ser publicado, pero es un gran ejercicio personal que agradezco.
¿A qué dedicáis el tiempo mientras no estáis pendientes de TCOH?
Sara: A encontrar un lugar en el mundo
Miguel Ángel: A vivir xD (estudiar, trabajar, leer, escuchar música, ver cine, viajar, hacer deporte...).
Oye, antes de que se me olvide. ¿De dónde sale el nombre de la revista?
Miguel Ángel: El origen del nombre es bastante simple. Básicamente establecí el nexo semántico que une la figura de un cura con un curator. El curator es la persona que se encarga de una colección o de un museo, y el cura es la persona que ilumina a sus fieles. Me gusta el concepto de iglesia a modo de congregación donde se aprende sobre algo. El tema de los horrores no es trasladable al concepto morboso de terror, si no a las cosas que causan espanto por no querer ser escuchadas. De ahí surgió todo.
¿Qué credo se profesa en esta congregación?
Sara: Cada uno tiene su propia fe.
Miguel Ángel: No hay credo que valga. Cada uno que defienda sus ideales y que critique lo que crea equivocado. Estamos aquí para aprender del público tanto, o más, como ellos de nosotros.
Sé que vosotros mandáis en esto, pero estáis atrapados en mi sección. Por lo que no podréis escapar sin contestar la pregunta más comprometida que jamás os hayan hecho… ¿Pensáis en las musarañas?
Miguel Ángel: Pues sí. Me temo que bastante a menudo
Sara: ¡Constantemente! Siempre he estado más allí que aquí. Sé que tal vez no diga mucho a mi favor, pero mi mundo es muy fantasioso. ¡Es una pena que los soñadores estemos tan mal vistos en la sociedad!
No quiero ser pelota, así que no os diré más que GRACIAS.
Sara: Gracias a ti Xisco, por acercarnos a personas tan interesantes con tus entrevistas (y no hablo de mí).
Miguel Ángel: Gracias a ti y a toda la gente que colabora con nosotros y nos sigue.
__________
Pies de foto:
[Imagen principal] Sara Arroyo (2014).
Volver al número actual
Por Marta Eulalia Martín, 30 nov 2014, en Literatura.
Por Antonio Ortega, 28 nov 2014, en Historia.